Muchas veces hemos oído hablar de esta guerra, y sobre todo del Combate Naval de Iquique, uno de los hechos de armas más conocidos de este conflicto. Para comprender mejor este episodio de la historia de Chile es necesario partir desde sus orígenes.
La Guerra del Pacífico (1879-1883) fue un conflicto armado que enfrentó a Chile por un lado, y a Perú y Bolivia por otro, durante el gobierno de don Aníbal Pinto (1876-1881).
Como primer antecedente, aparece el problema limítrofe entre Chile y Bolivia. Chile dominaba hasta el paralelo 23 (al norte de Mejillones), mientras que Bolivia tenía como límite el paralelo 26. Pareciera que tres paralelos no son suficiente motivo para comenzar un conflicto armado; sin embargo, abarcaban miles de kilómetros. Más al norte, las tierras de Iquique y Arica pertenecían a Perú.
La riqueza salitrera que cubría el suelo de Antofagasta, hasta ese entonces perteneciente a Bolivia, era explotada por capitales extranjeros, principalmente chilenos. Esto provocó grandes diferencias entre ambas naciones, hasta que en el año 1866 se firmó un Tratado, donde se estableció que el límite entre Chile y Bolivia sería el paralelo 24, y que los productos obtenidos por la explotación minera y de guano entre los paralelos 23 y 25 serían repartidos en partes iguales entre ambos países.
Sin embargo, este tratado no duró mucho tiempo, y en 1874 se firmó un nuevo acuerdo, estableciendo la renuncia de Chile a los beneficios económicos obtenidos por la explotación salitrera. Por su parte, Bolivia se comprometió a no subir los impuestos, durante 25 años, a las compañías chilenas que ya estaban instaladas en la zona.
La causa inmediata
Durante los años siguientes, tanto Perú como Bolivia pasaron por importantes cambios políticos. En 1876 Mariano Ignacio Prado fue elegido como presidente del Perú, mientras que en Bolivia se apoderaba del poder el general Hilarión Daza quien, en 1878, aprobó una ley que aumentaba en 10 centavos el impuesto a cada quintal de salitre que se exportara. Con esta decisión se estaba violando el acuerdo de 1874.
El gobierno chileno se negó a pagar el impuesto, a lo que Daza respondió con la orden de rematar las salitreras que estaban en manos chilenas, aun sabiendo que esto provocaría una guerra; sin embargo, sabía que contaba con el apoyo de Perú, país con el que había firmado un Tratado secreto en 1873.
Ante esta situación, el 12 de febrero de 1879 Chile rompió relaciones diplomáticas con Bolivia, y el 14, día en que se iniciaba el remate, tropas chilenas, al mando del coronel Emilio Sotomayor, desembarcaron en Antofagasta con el objetivo de impedir la acción boliviana.
Quince días después, con un ejército de 7.000 hombres, Bolivia le declaró la guerra a Chile y confiscó todos los bienes que mantenían ciudadanos chilenos en otros minerales de la región. Más tarde, el 5 de abril de ese mismo año, cuando Perú reconoció la existencia de un tratado secreto con Bolivia, Chile decidió declarar la guerra a ambos países. Así, comienza la Guerra del Pacífico.
La Guerra del Pacífico (1879-1883) fue un conflicto armado que enfrentó a Chile por un lado, y a Perú y Bolivia por otro, durante el gobierno de don Aníbal Pinto (1876-1881).
Como primer antecedente, aparece el problema limítrofe entre Chile y Bolivia. Chile dominaba hasta el paralelo 23 (al norte de Mejillones), mientras que Bolivia tenía como límite el paralelo 26. Pareciera que tres paralelos no son suficiente motivo para comenzar un conflicto armado; sin embargo, abarcaban miles de kilómetros. Más al norte, las tierras de Iquique y Arica pertenecían a Perú.
La riqueza salitrera que cubría el suelo de Antofagasta, hasta ese entonces perteneciente a Bolivia, era explotada por capitales extranjeros, principalmente chilenos. Esto provocó grandes diferencias entre ambas naciones, hasta que en el año 1866 se firmó un Tratado, donde se estableció que el límite entre Chile y Bolivia sería el paralelo 24, y que los productos obtenidos por la explotación minera y de guano entre los paralelos 23 y 25 serían repartidos en partes iguales entre ambos países.
Sin embargo, este tratado no duró mucho tiempo, y en 1874 se firmó un nuevo acuerdo, estableciendo la renuncia de Chile a los beneficios económicos obtenidos por la explotación salitrera. Por su parte, Bolivia se comprometió a no subir los impuestos, durante 25 años, a las compañías chilenas que ya estaban instaladas en la zona.
La causa inmediata
Durante los años siguientes, tanto Perú como Bolivia pasaron por importantes cambios políticos. En 1876 Mariano Ignacio Prado fue elegido como presidente del Perú, mientras que en Bolivia se apoderaba del poder el general Hilarión Daza quien, en 1878, aprobó una ley que aumentaba en 10 centavos el impuesto a cada quintal de salitre que se exportara. Con esta decisión se estaba violando el acuerdo de 1874.
El gobierno chileno se negó a pagar el impuesto, a lo que Daza respondió con la orden de rematar las salitreras que estaban en manos chilenas, aun sabiendo que esto provocaría una guerra; sin embargo, sabía que contaba con el apoyo de Perú, país con el que había firmado un Tratado secreto en 1873.
Ante esta situación, el 12 de febrero de 1879 Chile rompió relaciones diplomáticas con Bolivia, y el 14, día en que se iniciaba el remate, tropas chilenas, al mando del coronel Emilio Sotomayor, desembarcaron en Antofagasta con el objetivo de impedir la acción boliviana.
Quince días después, con un ejército de 7.000 hombres, Bolivia le declaró la guerra a Chile y confiscó todos los bienes que mantenían ciudadanos chilenos en otros minerales de la región. Más tarde, el 5 de abril de ese mismo año, cuando Perú reconoció la existencia de un tratado secreto con Bolivia, Chile decidió declarar la guerra a ambos países. Así, comienza la Guerra del Pacífico.
A diferencia de nuestro país, la Guerra del Pacífico constituyó para Bolivia uno de los episodios más dramáticos de su historia. Su ejército fue totalmente derrotado, lo que le significó la pérdida del único territorio con salida al mar que poseía. Desde ese entonces, y hasta el día de hoy, el no tener acceso al mar ha significado un problema para esta nación.
Además, el territorio que perdió a manos de Chile le significó un gran deterioro en su economía, debido a la pérdida del salitre, por lo que su crecimiento distó mucho del auge que vivió nuestro país.
Por otro lado, aunque Bolivia pudo haber crecido gracias a la producción de plata, las variaciones en el precio de este metal impactaban fuertemente en la economía de esa nación, teniendo su mayor crisis en 1900, cuando su valor colapsó en el mercado internacional. Así, el estaño ocupó el lugar de la plata, como consecuencia del agotamiento de las minas europeas de este metal, momento a partir del cual los capitales provenientes del viejo continente, Estados Unidos y Chile compitieron con los capitalistas bolivianos por el control de las minas de estaño.
Al igual que Bolivia, Perú no tuvo un buen recuerdo de su paso por la Guerra del Pacífico, ya que su participación significó la derrota de sus fuerzas. A diferencia de Chile, que no detuvo su progreso durante la guerra, Perú sufrió grandes divisiones sociales; por un lado estaban los campesinos indígenas, y por el otro, los terratenientes, creándose fuertes pugnas entre ellos.
Por otra parte, las principales exportaciones del país habían sido el guano, el salitre y el azúcar; sin embargo, el bloqueo de Chile a todo el territorio donde se producían, durante la guerra, había dejado al Perú en la ruina.
Tras la guerra, la molestia de peruanos y bolivianos hacia nuestro país se explica básicamente por los grandes beneficios que los nitratos trajeron a Chile. Sin embargo, el triunfo chileno no tuvo que ver únicamente con la economía; las repercusiones del conflicto influyeron notablemente en las sociedades de estos tres países.
Chile salió de la guerra con un ejército bastante más poderoso que el original, y la expansión de su territorio ayudó mucho al desarrollo del país. Perú y Bolivia, en cambio, enfrentaron sociedades extremadamente desmoralizadas producto del desenlace de la guerra, lo que hizo imposible un desarrollo normal de sus pueblos. Por el contrario, la Guerra del Pacífico fue el detonante que permitió a Chile consolidarse como una de las potencias sudamericanas de la época.
Machismos años de paz aun no logran borrar definitivamente las cicatrices de esta guerra. El Clarín de guerra sonó en los pueblos, ciudades y caseríos de tres Patrias- Chile, Perú y Bolivia- Llamando a sus hijos a reconocer cuartel. Miles de campesinos, mineros y ciudadanos se transformaron en soldados para escribir con su sangre derramada, gloriosas paginas de historia.
Fue una sangrienta lucha en que Por mas de 4 años se puso a prueba la fuerza de los pueblos y el valor, la nobleza e hidalguía de soldados y marinos- especialmente de Chilenos y Peruanos, que se fundieron con el mismo ímpetu para lograr el triunfo.
Hombres de destacada participación por su valentía mostrada en los tiempos difíciles fueron Francisco Bologneci, Andrés Cáceres, Miguel Grau, Arturo Prat, Ignacio Carrera Pinto, Pedro Lagos, Eleuterio Ramírez, el gran presidente Baquedano... y muchos más. Estas personas fueron admiradas por su patriotismo y decisión, fueron un homenaje a la paz y hermandad entre los pueblos, que buscan en la colaboración y la armonía las armas del progreso y de un común bienestar. Tantos años nos separan cada día más de estos gestos heroicos y los pueblos que heredaron sus glorias, que en forma tan heroica devolvieron la paz a Chile.
Imperialismo Ingles
ResponderEliminarLos primeros grandes Imperios se formaron entre otras causas debido al exceso poblacional.
Lo que no dicen, es que hacían sus conquistas territoriales con 2 fines.
Primero si ganaban tenían nuevos territorios y a la vez solucionaban el exceso poblacional y Segundo, si perdían les daba igual, los lideres solucionaban el exceso poblacional.
En nuestros días con la crisis económica el control poblacional se realiza hipócritamente, con el negocio de la salud (Si tienes dinero buena suerte, si no mala suerte), o cometiendo genocidio (India, Africa, etc)
Religiones, Sectas, sociedades secretas, mafias, gansters, nazis, etc todos son lo mismo.
No es que los toleren hasta un cierto punto, sino que cumplen una función para las personas de poder, son los tontos útiles a quienes se les echa la culpa de todo.
Cuando la CÍA dice que "no tortura a nadie", pero si dejan que los mafiosos y los ganster lo hagan, como cuando intentan envenenar a Fidel Castro.
El liberalismo no es otra cosa que el control de los militares. Para invadir económicamente un país solo tienes que controlar a los militares (la política de prevención de Bush). No es raro que exista esta mayor tolerancia con la corrupción en países como, España Italia